Es difícil dar un cierre a
una experiencia de este calibre. Seguramente por eso, a más de un año de haber
terminado el viaje, este blog quedo así, sin cierre o final. Un cierre creo que
merece y hete aquí, un saludo final para quienes me bancaron en este camino. En
contraste, no creo en el final. Este blog, sigue siendo visitado por quienes están
por viajar, quienes están viajando o quienes ya lo vivieron. Como el viaje, hay
cierre pero no final. No sigo en el sudeste asiático pero sigo… en algún otro
lugar, en la vida real o aquella que sueño, arrastrando los ideales que un
viaje como este ayuda a intensificar.
Recomiendo desde lo más
profundo de mi ser viajes de este tipo y les deseo tengan el valor y la audacia
para que, en esta vida “real” de trabajos y obligaciones, encuentren un lugar
para seguir el impulso. No reniego de esta vida, solo creo en experiencias que
nos hagan disfrutarla un poco más.
Sin más, ha sido un placer.
Hasta pronto.